Nada menos que 80 familias sotorrealeñas se han apuntado al autocompostaje, y está previsto incorporar el compostaje en colegios, el centro de mayores y urbanizaciones a nivel comunitario.
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Compostador tradicional |
“No resulta adecuado ni sostenible continuar con un sistema de vertederos, o peor aún de incineración, sin impulsar otros sistemas de gestión de residuos en origen”, afirma el ayuntamiento de Soto del Real. No se trata de mera palabrería sino de una ordenanza para fomentar el compostaje. “El esfuerzo mayor lo debemos hacer en el tratamiento de la materia orgánica, que supone más del 40% del peso de la bolsa de basura de cualquier hogar, y que actualmente va directa al vertedero desaprovechando un recurso valiosísimo para el suelo”.
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Compostera de plástico reciclado |
Darle la vuelta a la situación es sencillo, dicen, gracias a las muchas viviendas ajardinadas que tiene el municipio, aptas para el compostaje. Y como hoy hay que ser competitivos, Los Molinos seguramente supera a Soto en enjardinamiento, así que se trata de una ordenanza transferible.
Su manual de compostaje muestra que, entre todos los aparatos domésticos, el compostador es el más entrañable. Digiere los residuos en situ, genera abono con microbiología y sirve para educar en ciencias naturales y civismo a los peques.
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Vertedero con gaviotas |
Si pocos molineros hacemos compost, será por falta de costumbre. Y la costumbre, como en Soto del Real, se crea con incentivos. Es que la basura de Los Molinos se acarrea 33 km en camiones, junto con la de otros 75 municipios, hasta el vertedero de Colmenar, al que ya le queda poca vida. Ahí la parte orgánica se descompone de forma anaeróbica, emitiendo metano a la atmósfera y lixiviados al suelo.
Así lo han demostrado los vecinos, que denuncian olores nauseabundos y en ocasiones no poder abrir sus ventanas. Han creado una petición pidiendo el cierre del vertedero y la detención de un proyecto de incineradora.
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Vertedero con topadora |
Porque si molineros y colmenareños estuviéramos peleados, enviarles nuestra basura tendría todo su sentido. Pero si no, esto no se justifica, a no ser porque el negocio de recogida depende, según el contrato, de su “amplitud” y “continuidad”.
La solución sería menos consumo y más reciclaje. Así opina nada menos que el Papa, en su encíclica Sobre el cuidado de la casa común:
“La acción política local puede orientarse a la modificación del consumo, al desarrollo de una economía de residuos y de reciclaje”, dice. Denuncia “el ritmo de consumo, de desperdicio y de alteración del medio ambiente” que “termina enfrentándonos unos con otros”.
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Compostera sencilla |
“Todavía no se ha logrado adoptar un modelo circular de producción que asegure recursos para todos y para las generaciones futuras, y que supone limitar al máximo el uso de los recursos no renovables, moderar el consumo, maximizar la eficiencia del aprovechamiento, reutilizar y reciclar. Abordar esta cuestión sería un modo de contrarrestar la cultura del descarte, que termina afectando al planeta entero...”.
A lo que todos podemos decir amén.
El Escarabajo Verde sobre agrocompostaje en Paracuellos de Jarama, avicomposteros en Redueña, recogida puerta a puerta a cambio de huevos en Navalafuente, y compostaje comunitario en Torremocha de Jarama (últimos 10 minutos). Además, El Boalo se convierte en paraíso del reciclaje.
Actualización: El vertedero de Colmenar se ha ampliado, ante el rechazo de los colmenareños. Y las condiciones del contrato de residuos de Los Molinos ya no se refieren a la “amplitud” y “continuidad” del servicio.