

Después, algunos fuimos paseando y conversando hasta Los Llanos para volver a comprobar cómo parte del encanto de este pueblo reside en encontrarse con un paisaje serrano nada más salir del núcleo. Cruzamos el arroyo Majaltobares por el puentecillo de piedra que no sabemos si le sobra al promotor. Tras un año de sequía, el arroyo aún bañaba la pradera.

Y si bien es cierto, como dicen, que la vaca plantada de nuestro cartel está en un prado particular, la arboleda de fondo forma parte de lo que sí se urbanizará. Como siempre, hablamos de “urbanizar” o “construir”, porque “edificar” es otra cosa.
El día 15 estuvimos en la sesión informativa ofrecida por el ayuntamiento, con unos paneles bien confeccionados aunque con más concejales que público. Cuando citamos las palabras de la alcaldía sobre la propuesta del club “de construcción de unas pistas de pádel y un segundo campo de fútbol”, una partidaria del proyecto se quejó de los que “lanzan bulos”, con respuesta de silencio del equipo de gobierno cuando insistimos en ello.
Pero el alcalde nos enseñó los paneles con buenas maneras, lo que valoramos. Reconocimos su voluntad de fomentar el fútbol. Reconocimos que es difícil encontrar una parcela municipal para un campo sin negociar permutas u otros acuerdos, o pensar en terrenos fuera del término. Reconocimos que hubo un período de alegaciones en agosto en que nadie levantó la voz. Y reconocimos que la Zona de Transición del Parque Nacional no alcanza a Los Llanos, mientras que la del Plan de Ordenación de Recursos Naturales (PORN) previo a la declaración del Parque sí.
Aunque es permisivo, el PORN prohíbe las “instalaciones o infraestructuras que por su ubicación, altura, volumen, materiales o colorido alteren de manera notable el paisaje y las condiciones medioambientales de las áreas naturales” (art. 4.3); “muy especialmente” en las zonas de transición, donde se aplicarán “las determinaciones [...] sobre la necesaria contigüidad de los nuevos desarrollos a núcleos preexistentes y sobre sus condiciones estéticas y paisajísticas” (art. 5.5.2.11).
Asimismo, “las actividades recreativas y deportivas se supeditarán a la conservación del ámbito de ordenación y de sus valores. Para ello, la utilización del medio natural como recurso turístico, recreativo, deportivo o educativo se desarrollará de tal manera que sea compatible con el mantenimiento y mejora de su estado de conservación” (A2.6.1). Y se fomentarán “actividades de manera que tengan baja incidencia ambiental, tales como el montañismo, el senderismo, la escalada, el esquí de montaña, las actividades ecuestres de ocio, el ciclismo de montaña...” (A2.6.2).
Parece claro que los usos deportivos deben estar "relacionados" con el entorno así como supeditados al mantenimiento (y mejora) de su estado de conservación. Así que por su naturaleza, ubicación, volumen, tráfico asociado, etc., el proyecto de campo de fútbol no es compatible con la preservación de los valores naturales de un entorno de preparque. Instamos al ayuntamiento, por tanto, que se lo replantee.
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