15 de diciembre de 2021

Apertura de Navacerrada

El lunes la estación de Navacerrada, cerrada en principio por el Organismo Autónomo de Parques Nacionales, volvió a abrir sus pistas Telégrafo y Escaparate, con el aval del Tribunal Superior de Castilla y León. Más allá de los tribunales, se ha montado una campaña en contra de su cierre (usando sin permiso el logo de Adesgam). Junto con la Junta de la Comunidad vecina, los partidos que mandan en Madrid califican los motivos medioambientales de “motivos políticos” y piden que la estación sea declarada Bien de Interés Cultural. Esta politización de la caducidad de una concesión en monte de utilidad pública WWF y otras ONG la han lamentado.

Otro motivo de cierre sería el estrangulamiento de un Parque Nacional cuyo diseño respondió ante todo a intereses privados. Pero la clave aquí es el clima. Desde los años 70, la temperatura ha subido 1,95º y la masa de nieve natural ha caído en torno al 25%. Hay 24 días menos de nieve al año y 22 menos de heladas. Con lo poco que nieva ya a 1800 metros, en la temporada 2015-16 hubo solo 56 días de esquí alpino. Y como se vio en Glasgow, aún mandan los intereses que impulsan el calentamiento. Así que el único modo de hacer funcionar este negocio es a base de cañones de nieve con su consumo desenfrenado de agua y energía en una escalada de agresividad hacia el medio que nos sostiene.

Eso sí, algunos echaremos de menos estas tres pistas -por mucho que los entendidos las consideren una birria-. Porque bajar por El Bosque entre los troncos rojizos de los pinos nevados brinda un encuentro con la naturaleza que no se experimenta en las laderas peladas de Vadesquí. Las telesillas recorren las copas de los árboles donde se ve a herrerillos, carboneros y trepadores yendo a lo suyo tranquilos, mientras los cuervos dan suaves graznidos dentro del bosque.

Pero el esquí alpino no es la única modalidad de este deporte sino solo la más impactante. El desmantelamiento de remontes, como se ha visto en Cotos, no impide el disfrute de la nieve. Y según la Guardia Civil, entre el gentío de cada fin de semana, esquiadores no son más de 300 ó 350. Así que quienes califican estos tres remontes de “motor económico de la sierra” habrán andado poco por aquí. En lo económico, Cercedilla (el municipio del Puerto) ha logrado ayudas para “productos turísticos sostenibles”. Un producto que no hay que perderse, como se ve a la izquierda, es la floración de la retama.

Junto con otras actividades de montaña, en lugar de subir sentado por las laderas nevadas hay que probar el esquí con pieles de foca o raquetas. Con el esfuerzo honrado de subir andando se gana el placer de bajar. Y con tabla, más sencillo aún. Como en todo, contaminando menos se disfruta más, o al menos igual.

Actualización
Reflexiones de la Directora del Organismo Autónomo de Parques Nacionales:

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