Aunque por su nombre no lo parezca, no le hace ascos a otra clase de árboles, como encinas, robles, o incluso postes añejos para los cables del teléfono. Aquí le vemos sobre un fresno, buscando insectos escondidos bajo su corteza.
Su inconfundible martilleo es mas o menos de 12 golpes sobre la madera en menos de un segundo; aún así su cerebro no sufre ningún tipo de lesión, al estar como acolchado para adaptarse a esta actividad.
Este ejemplar busca su alimento en la zona de Majalastablas.
LA TARABILLA COMUN
Para ver a esta ave hay que alejarse un poco del casco urbano, pues gusta de cazar en matorrales y zonas abiertas y solitarias. Por ello, le podemos ver en lo alto de cambroños y postes que delimitan fincas campestres.
Este que vemos, observa el paisaje desde un arbusto en la ladera baja del cerro del Mostajo.
(Publicado por Javier)
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