Gracias a todos los participantes en nuestra jornada sobre residuos, celebrada para profundizar en la subida de la tasa y ver cómo gestionar mejor nuestros desechos.
Eduardo Gil, experto en residuos, expuso el marco de la cuestión: las directivas europeas que promueven la economía circular y los principios de “residuo cero” y “quien contamina paga”, junto con la Ley 7/2022 de residuos, que dispone que el ciudadano vaya pagando el coste real del tratamiento (ver presentación de Eduardo). Apuntó que en lo medioambiental, la eliminación en vertederos e incineradoras contamina, desperdiciando asimismo un recurso aprovechable. Además, los vertederos cobran por tonelada de basura, por lo que nos interesa verter menos.
Hace falta implantar el “quinto cubo” para la materia orgánica, y que las islas de contenedores sean completas, para que no dé pereza separar. Para aprovechar los residuos en comunidad, hacen falta centros de reutilización y reparación -y el Alcalde luego anunció la creación de una web en esta línea-. Como ejemplo a seguir, Eduardo citó Langreo en Asturias, donde se reducirá la tasa de basuras a medida que se incremente el porcentaje de reciclado. También Vitoria, donde todos los vasos ya son reutilizables por norma, y los estadios de la Eurocopa, donde por cada vaso se cobra un depósito retornable de 3 €. El sistema de depósito, devolución y retorno de envases funciona en muchos sitios, pero aquí cuenta con la oposición de Ecoembes.
Ecoembes, pese a lo que ingresa por envases puestos en el mercado, no cubre ni de lejos el coste del servicio, paga solo el 20 % del cartón que recoge y no da los contenedores que se piden, según explicó el Alcalde. Este expuso unos datos: producimos un kilo de resto por habitante y día, es decir, mucho, aunque no tanto como antes. Pero en 2013-23 la recolección de envases se multiplicó por cinco y la de cartón por más de dos. En el reciclaje, perdemos unos 100.000 € anuales por impropios. La recogida de restos vegetales va por buen camino (y las sacas se van a mejorar con código QR), y la planta municipal de compostaje se ha adecuado a la norma con un gran esfuerzo. Se va a lanzar un proyecto piloto de 200 viviendas para la recogida puerta a puerta de biorresiduos.
Pero la tasa de basuras debe subir, porque con el tratamiento incluido, su gestión ahora cuesta 450.000 €, mientras que la tasa actual recauda solo 200.000 €. Hay otro ingreso modesto por la “Responsabilidad Ampliada del Productor”, pero el vertedero de Colmenar por sí solo nos cobra 135.000 €, al peso.
Protestó algún vecino, alegando que calcular la tasa por valor catastral o metros cuadrados es injusto. En esto convino el Alcalde, pero es difícil, dijo, dar con un criterio que refleje lo que genera cada uno. Tampoco el padrón da una imagen real. En Vitoria, se incorpora al cálculo el consumo de agua, gracias a su gestión municipal. El sistema más justo quizá sea el de contenedores con pesaje y tarjeta, pero su implantación costaría unos 600.000 €.
Como sugerencias de vecinos, se propuso que el ayuntamiento también recogiese papel para venderlo, y que hubiera un descuento por compostaje doméstico (como lo hay en Soto del Real). Además, se pidieron más papeleras y contenedores siempre con pedal, para permitir su apertura por niños. Como solución de fondo, se propuso más educación. De todo ello fue tomada nota y levantamos la sesión con la sensación de haber aprendido mucho.
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